La madre, el perro y el amor de Alejandro Palomas

Que Alejandro Palomas es un escritor maravilloso no es algo que haya descubierto yo sola, por fortuna quien lo lee cae rendido a sus pies, por como transmite las emociones y su facilidad para que los lectores sintamos empatía y nos identifiquemos con sus personajes. Quizás he llegado tarde a él, no lo sé… la cuestión es que para mí es el descubrimiento literario de 2018.

La primera noticia de su existencia me vino a través de su reconocimiento como ganador del Premio Nadal 2018 con su novela “Un amor”, me fascinó su indumentaria: una chaqueta de flores que raramente podría pasar desapercibida, y enseguida quise leerle. Luego supe que el libro reconocido con dicho premio literario era el tercero de una saga de libros, que empieza con “Una madre”, sigue con “Un perro” y termina con “Un amor”, pero confío y deseo que haya más, siendo sincera.

Cada uno de los libros transcurre a lo largo de apenas unos pocos días, incluso horas, de la vida de Fer, el narrador, y  su pequeña familia constituida por Amalia, su madre, y Silvia y Emma, sus hermanas. Y si en el primero me enamoré de Amalia, la madre, los siguientes me ayudaron a desenmarañar una historia familiar que, como la de casi todos, están llenas de pequeños secretos, mentiras y verdades.  Donde muchas veces las ausencias son tan protagonistas como los propios protagonistas.

En “Una madre” descubrimos a la familia, a esa Amalia deliciosa y exasperante, a Fer consumido por sus inseguridades, a Silvia de carácter explosivo y dominante y a una Emma, que… bueno, a Emma hay que desenvolverla paso a paso, porque permanece escondida bajo capas de conformidad, donde todo es lo que parece, ¿o no? Luego en “Un perro” la historia cae en una cadencia lenta y que por momentos nos hace amar y odiar a los personajes a partes iguales. Finalmente “Un amor” es sin duda el nudo que acaba atando cada palabra de los anteriores, cerrando los círculos que definitivamente necesitaban ser cerrados, dejando cada cosa en su lugar.

Pero hay más, mucho más. Es un relato coral donde otros miembros de la familia aparecen y desaparecen, dando dimensión a todo el conjunto y apoyando su evolución vital. Personas que aparecen en la vida de los protagonistas para sumar o restar, según el caso, y que no están de forma gratuita, porque los que están dejan huella, y los que se van, e incluso los que nunca aparecen, nos permiten comprender. Así, comprender sin más, porque lo difícil de esta historia es entender porqué son (somos) así las más de las veces.

Los tres libros en sí mismos son una historia con su inicio, su nudo y su desenlace. Son historias pequeñas, llenas de personajes cotidianos que juntos conforman un cuadro familiar que seguro todos reconocemos, si bien no en todas sus piezas, sí en algunas o en sus historias. Esta familia normal y atípica a la vez, aunque suene incoherente, tiene la facilidad de hacernos sentir comprendidos por alguien, en este caso Alejandro Palomas y su buen hacer a la hora de reflejar  algo tan complejo como son las relaciones familiares.

Cada libro es una historia independiente, pero debo de decir, y recomendar, que se lean por orden, como quien completa un puzzle, con sus piezas que no encajan y las que van de dos en dos, sin terminar de despegarse nunca.

Si os animáis, os deseo feliz lectura. Para mí ha sido felicísima.

María José Moreno.

 

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Agua de Limón

Agua de Limón es una historia sencilla, basada en una historia real, en la que una «abuela» aprovecha las siestas del sofocante verano zaragozano para contarle a su «nieta» la historia de su vida y con ella la de toda la familia. ¿Y por qué el entrecomillado?, porque Magui y Clara no son exactamente abuela y nieta, en el sentido estricto de la palabra.

Hay que sumergirse en la historia para desgranar persona a persona, relato a relato, el universo que gira en torno a esta familia, y que al final es un poco la historia de todas las familias de la España del siglo XX, las de tantas vidas truncadas por la Guerra Civil.

Agua de Limón habla de los estragos, de las ausencias, de las renuncias, del dolor y del amor. De una realidad que hoy día cuesta tanto imaginar, la de una guerra causa y consecuencia de los ideales mal gestionados y los derechos mal repartidos. Sin entrar en un análisis político exhaustivo, Clara Fuertes, desgrana sobre los desencadenantes y la gestión posterior de vencedores y vencidos.

Especial mención a los refugiados españoles, su huida, su peregrinaje, su difícil acomodación y recepción en los países vecinos… ¿Cómo no hacer una analogía con el drama que se vive a diario en nuestras costas ahora que somos receptores de refugiados?

Llama la atención la capacidad tan nítida para sumergirnos en la oscuridad que supuso la guerra y su terrible postguerra. Aunque podamos imaginar con relativa facilidad lo que implica una contienda encarnizada como fue la guerra civil española, Fuertes, no escatima en tirar de emociones cuando se trata de narrar la tristeza y la desesperación, y contrastarla con la aparente amabilidad de los tiempos previos. Para ello  recurre a la vida apacible en un ficticio pueblo de Zaragoza, Sabinas, donde las gentes viven del campo y las vecinas se ayudan las unas a las otras, pero donde se fraguan a fuego lento las rencillas, y que salta como un polvorín después del 18 de julio de 1936.

Asusta, por mucho que lo sepamos y  nos lo hayan contado mil veces, ver que cuando se remueve el avispero de los ideales somos capaces de cualquier cosa, de enfrentarnos hasta despedazarnos. La capacidad del ser humano para el odio es infinita. Pero también del amor y para eso está la historia que Magui le cuenta a Clara, para hablar de amor en todas las vertientes posibles: el amor romántico, el amor filial, el amor de la amistad…

Por poner un punto critico he de decir que para mi gusto la narrativa es demasiado edulcorada sobre todo cuando afronta las pasiones de los personajes… a la abuelita Magui se le va la onda poética algunas veces, pero también es realista sin dejarse llevar por las filias y fobias a un bando u otro, siendo más descriptiva que propagandística, y eso es de agradecer.

Sobre Clara Fuertes:

Clara Fuertes es una escritora vallisoletana que, además de Agua de Limón, ha escrito literatura infantil y en 2017 publicó su segunda novela: Háblale a quien entienda tus palabras. En Zaragoza estudió Ciencias Empresariales, pero tal y como ella misma se define, es una viajera incansable y gran amante de las artes, cuyo periplo vital le ha llevado a residir tanto en España como en Italia, donde desarrolló su amor por la literatura. Aquí podréis leer una entrevista suya de 2014, justo cuando publicó Agua de Limón. Y como no hay nadie mejor que la propia autora para leernos un fragmento de su obra, aquí podréis escucharla.

María José Moreno

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