Día 72.
Colega, finalmente te abandoné, tanto viernes como sábado… y hasta el domingo. Así que acudo, hoy lunes, día de mi cumpleaños además. Buen día para cerrar un pequeño ciclo y, también, concluir contigo. Ya te dije que igual aparezco esporádicamente, así que dejaremos al final unos puntos suspensivos y ya veremos.
Entre otras cosas, ya tampoco me apetece mucho ir contándote el día a día, sabes que me gusta tomarlo con humor así como sacar un punto de vista positivo de casi todo. Y esto se hace, a veces, complicado.
Por una parte, al ir recobrando la rutina laboral, los días son muy parecidos unos a otros y, si bien es cierto que un día en la librería da para, como poco, un par de anécdotas, ya se van pareciendo mucho uno al siguiente.
Pero lo peor es que cada día me va gustando menos lo que veo. Esa ruptura en dos partes, que por momentos se va haciendo más clara y evidente. Quiero creer, estoy seguro de que así es, que somos muchos más los que estamos más próximos al término medio, la virtud, recuerda. Pero los que hacen ruido son los de los extremos y, además, cada vez se repelen –literalmente- más. Cualquier día veremos alguna barbaridad y a ver quién lo asume. Es que, entre políticos de pacotilla que hablan con absoluta irresponsabilidad y actúan sin la coherencia que mencionábamos el otro día, entre cierta parte de prensa y editores que fomentan a los anteriores y, finalmente, mucho sujeto que pulula en redes opinando y compartiendo a diestro y siniestro “las verdades” de los suyos que, total, como es gratis allá que se lanza, ya lo de pensar, lo dejamos para otro momento. Mañana, que hoy da pereza. Afortunadamente hay mucha buena gente en esos mencionados, bravo por ellos.
Así que claro, así nos va. Otras tres palabras que casi llegan al nivel del “no ni na”. Cuanto significado podemos expresar con tan solo unir unas pocas letras, esto (y con ese arte) solo lo conseguimos en Andalucía.
Pero bueno, aunque con los dos primeros pilares bien poco se puede hacer, solo dejar de votarlos o de leerlos, al menos con los “pululantes” que mencionaba si es más sencillo. Iré, al ritmo del avance de las fases, dejando de ver redes y perfiles. Ocultaré todo lo que no me interesa, seguirá ahí, claro. Pero ojos que no ven… Eso sí, siempre pendiente a cuando mi compadre publique sus líneas sobre sus viajes en bus allá en tierra meriní. A eso y a bien poco más.
Y aquí estamos a media tarde del lunes 25 de mayo de 2020. El año de la pandemia que nos tocó vivir a todos. “Taitantos” caen hoy, qué le vamos a hacer, nos hacemos mayores.
Ahora hay que sacar adelante esta última semana del mes. Tela para los negocios, “findemé” y la alerta… vamos, que la cuesta de enero es un llanito en comparación. Veremos qué nos trae el verano, además de calor, claro.
En fin, aún queda día por delante para celebrar, y mañana Dios dirá. Mañana es futuro, ¿verdad? Ahora, más que nunca, toca ir paso a paso, para qué pensar a largo plazo.
Colega, ha sido divertido e interesante compartir contigo el transcurso de los días, los momentos de incertidumbre, preocupación, momentos buenos y regulares. Homenajes culinarios, por supuesto. ¡Tortillas!. La costumbre de una nueva forma de vida, la psicosis de los primeros días al ir a hacer la compra, el salir a cualquier recado y sentirte como el malo de la película, más buscado que Wally en los libros.
Y ahora que vamos recuperando normalidad con cuentagotas, comenzaremos a olvidarnos de todo con mayor rapidez conforme más avanzados estemos en esto de las fases y, ojalá no tengamos rebrotes, más pronto que tarde todo quedará como muy lejano ya para muchos. Y, estoy convencido, el que era buena gente quizás lo sea un poco más y aquellos que eran “unos petardos” pues también lo serán más todavía. Que no, que no aprendemos nunca y esta vez no será menos.
En fin, colega, que no nos falte la salud para seguir viendo a la familia y los amigos, que no falten las cervecitas ni las carreras, cuando solo hay 3 ó 4 locos, al salir el sol o después de que se ponga, junto a la playa. Brindemos por todos, por los que están y los que marcharon. Por los que más ayudaron y por los que se quedaron en casa, que no es poco. Y brindemos, también, por estas generaciones que vienen, no sé si las estamos haciendo buenas. Y brindemos por todo lo que queda por luchar, que tampoco es poco, no se avecinan tiempos geniales, pero saldremos adelante. Lo dice un autónomo.
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