Día 42.
Pues nada, se nos fue el Día del Libro, el aniversario y casi, casi, el fin de semana. ¿Ves cómo los días vuelan?
Avanzan los días y abril ya está en la cuenta atrás. Mayo nos espera. Y, según parece, nos traerá si todo va bien, algunos pasos que nos lleven a ir recuperando cierta normalidad en nuestras vidas.
Mañana podrán salir los niños a pasear o jugar y la semana siguiente es probable que los adultos también podamos salir a pasear o hacer deporte, a ver bajo qué condiciones. Quizás el siguiente paso sea la apertura de negocios… ¡Cuántas ganas y cuánta necesidad!
¿Tendremos a tres cuartas partes del país haciendo deporte a corto plazo como si no hubiera un mañana? A ver si ahora van a aumentar los infartos y las lesiones musculares.
En fin, que hoy Carol se fue a primera hora a trabajar, comenzó su ciclo de turnos. Y yo me quedé acostado, durmiendo, y me levanté tarde. Yo que puedo. Pero vamos, lo que yo daría por haberme levantado pronto e irme caminando hacia la librería para poder abrirla y pasar la mañana del sábado con Isa y las visitas de nuestros clientes y amigos. Más tarde, habríamos recogido pensando en el fin de semana, quizás al cerrar hubiéramos tomado una cervecita en La Abuela, quizás en Nono. Pero no, para que eso vuelva a ocurrir aún queda un poco. Al menos para abrir la librería, que está por ver cómo se hará la cosa con la apertura de la hostelería.
Y se nos ha ido la mañana, hemos almorzado casi a las tres, justo cuando acababa de recoger la cocina ha llegado Carol de trabajar y nos hemos tomado juntos un café. Ella ha dormido un ratito de siesta. Yo no, claro.
La tarde ha dejado unas galletas que han hecho mami e hija que olían de maravilla, es evidente que mi nula voluntad hará que mañana me tome alguna. Mejor en plural, algunas.
Y poco más, hemos cenado los cuatro juntos, como la mayor parte de las comidas en este confinamiento. Que mira que era difícil antes hacer una comida con toda la familia a la vez. Por las mañanas, con los horarios de trabajo de Carol, y el cole o instituto y extraescolares de los niños era imposible. Y por las noches, tres cuartos de lo mismo. Así que solo había opción de hacerlo en fines de semana.
La cena ha sido temprano, y después de recoger hemos visto el primer capítulo de una serie, Broadchurch. Para nada es nueva, pero tiene trama y en su momento no la vimos. Le damos la oportunidad, a ver qué tal porque son tres temporadas, así que esperamos que sea amena.
Y podemos dar por acabado el sábado. Carol ya duerme, mañana hace turno doble, así que se marchará muy temprano y cuando regrese casi habrá acabado el domingo, rondará las once de la noche.
Por la mañana le preguntaré a Pepe si quiere bajar a dar un paseo. Veremos qué dice y, en caso de que sea sí, tengo curiosidad por ver cuál es su reacción al volver a caminar por la calle.
En fin, se van avecinando cambios. Nuevas rutinas, nuevas costumbres. De momento, nos queda continuar contando días. Mañana, una vez más, seguiremos sumando días. O restándolos, siempre según el ángulo desde dónde veamos el asunto.
Buenas noches.