Día 43.
Domingo, vamos tachando una semana más del calendario. Carol se fue muy temprano, como te dije hoy hacía doblete. Así que aún estamos esperándola.
Yo me levanté tarde, anoche acabé de escribir tarde, “me asomé” por la pantalla del ordenador y allí estaban, los colegas. Total, que nos liamos con la charla y cuando te das cuenta, ya son las tantas.
Como ya estaba la mañana avanzada, me hice un cafelito y lo acompañé con las galletas caseras del sábado. Muy ricas.Entre recoger la cocina y algunas cosas, hacer la cama y poner un poco de orden se acabó por pasar la mañana. Un poco antes de comer le pregunté a Pepe si quería bajar a dar un paseo, pero no quiso. Lo cierto es que el tiempo estaba feo. Así que poco después preparé para almorzar. En realidad solo tuve que poner la mesa, Carol dejó ayer hecho un pastel de carne. Entre los tres casi nos lo hemos comido entero, quedó una tapita.
Y después de dejar la cocina en orden, al sofá. Vaya, hoy no he tomado el café de la sobremesa. Me senté a hacer zapping y dejé una peli en la que el clima se vuelve loco y el mundo nos deja una nueva glaciación. Películas de ciencia ficción las hemos llamado siempre. Me da que habrá que revisar el género, algunas pueden pasar a ser hechos reales o probables.
Cuando los niños han merendado le volví a preguntar a Pepe si quería bajar. Tiramos el reciclaje y damos un paseo, ¿no? Pues no. Tampoco quiso bajar por la tarde, que no es que estuviera maravillosa, pero pensaba que iba a decir que sí. Mañana, quiera o no, creo que lo haré bajar aunque sólo sean unos minutos.
Un par de veces que me he asomado al balcón o por la ventana no he visto, al menos en esta zona, mucho volumen de movimiento de personas. Mi hermana salió con las niñas un rato y no había gente en su entorno. En otros lados parece que ha habido exceso de personal. O eso dan a entender algunas imágenes en prensa o en las redes sociales. Yo, de momento, optaré por pensar que lo general es que se está haciendo bien por parte de los ciudadanos. Total, que son cuatro fotos entre 47 millones de habitantes. Es que de vez en cuando te pones negro viendo la falta de respeto y el poco civismo de tres chalados pero, afortunadamente, suele ser la excepción.
Claro que para esto no ayudan mucho las redes y algunos de los personajes que las habitan. Entre lo indignados y ofendiditos que nos ponemos con lo mal que hacen los demás las cosas, la sabiduría que mostramos en cualquier asunto ya sea una receta de cocina, sea física cuántica o en cómo favorecen al equipo rival y perjudican al propio y, sobre todo, con el tema estrella, más en estos días, los políticos y la verdad absoluta que posee cada usuario, que mira que son buenos ellos y horribles los otros… mientras tanto yo cada día dudo más de todo. Sólo sé que no sé nada, que dijo Socrates, ¿no? Por eso limito tanto mi movimiento a la página de la librería. El resto me aburre sobremanera.
Esos temas, sobre todo la política y el fútbol, se tratan con unas cervezas y unas risas de por medio en la barra de un bar. ¡Hombre, por favor!
Otra vez se me fue la cabeza…
A todo esto, el resto de la tarde lo dediqué a hacer un largo rato de ejercicio y, después de una duchita, he preparado una tortilla de estas ya hechas del súper. No son las de mi amiga Amparo o las de la madre de Isa, pero se sale del paso. Una buena ensalada y un vasito de gazpacho de Carol que estaba para tomarse toda la jarra.
Y ahora estoy aquí liquidando las últimas líneas de hoy en el sofá. Carol acaba de llegar a casa y se está dando una ducha. Ha sido un día largo.
Veremos el segundo capítulo de la serie y a dormir en breve, mañana… ¡Quedará un día menos!
Buenas noches.