Diario de una alerta.

Día 47.

30 de abril. Despedimos mes. Otro muy buen día, propio para afrontar las salidas que se nos avecinan. Espero que el personal sea prudente y no se vuelva loco.

Que este abril no va a ser como el que Sabina guardaba en el cajón, este mejor dejarlo del todo en el olvido. Sí, será lo mejor, sigo pensando que ni vamos a salir mejores ni vamos a aprender nada. Así que, en definitiva, al fondo del cajón, pero muy al fondo.

Y quizás llegue un día en que alguien tenga que preguntarme, así como cuando en las películas de policías interrogan al sospechoso, ¿recuerda dónde estaba usted tal día de abril de 2020? Y yo, primero pensaré, menuda pamplina, y después podré decir sin dudarlo un instante, “pos en mi casa, chalao perdío”.

En fin, que me iba a levantar muy temprano para hacer ejercicio a primera hora pero ayer me enganché con “The sinner” y creo que vi seguidos 3 ó 4 capítulos. Total, que me acosté tarde y, claro, las fuerzas fallan. Así que decidí levantarme y desayunar. Luego me he puesto a preparar el sorteo que teníamos en Facebook. Para hacerlo de forma arbitraria he tomado nota de todos los participantes en papelitos y, después de meterlos en un recipiente, Pepe se ha encargado de sacar a las ganadoras. las dos han sido chicas, es que la mayoría de los participantes lo eran.

A las doce, hemos mandado por mail los deberes de Pepe a su profe y, justo después, hemos colgado el video en redes sociales. En cuanto abramos y vengan a recoger su premio las 2 afortunadas, nos haremos fotito.

Sobre las dos me puse con la comida, lubina y unas verduritas en el horno y con eso hemos comido los cuatro.

Después del café he estado a punto de dormirme en el sofá, pero he conseguido soportar esos cinco minutos en los que los ojos casi se te cierran solos. Una vez vencida la lucha me he vuelto a poner con las medidas de seguridad que habrá que adoptar en breve. A ver si a quien le corresponda va dando instrucciones y aclarando asuntos, por ahora todo es muy caótico. Pero bueno, lo que toca es ir teniendo previsión y las mejores medidas de seguridad posibles.

Poco a poco vamos poniendo la maquinaria a calentar para emprender de nuevo nuestro viaje en ese mundo lleno de papel y letras. No hay nada como viajar en este medio de transporte que tanto me gusta.

Más avanzada la tarde ha llegado el momento de hacer ejercicio. Un buen tute. El sábado me levantaré bien temprano y haré el que era mi habitual recorrido hacia la playa. Olor a mar. Y luego, seguro que será un gran día. Pero bueno, todavía tenemos por delante mañana viernes, festivo. ¡Día del trabajo! Menuda gracia.

Después del deporte, hemos hablado con el abuelo. Una duchita y a cenar, primero lo han hecho Carol y la niña, y la mami se ha ido a trabajar. Su última noche y ahora llegan los descansos. Ya tengo grandes planes, además de mi salida a correr y respirar junto al mar, claro. Pero ya iremos viendo, colega.

Ahora, ya solo en el sofá, los niños duermen y yo sigo viendo la serie y disfrutando la calma, me voy despidiendo de ti amigo. Son los últimos días, espero. Siempre espero.

Buenas noches.

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Autor: Alberto López Barrio

Nací en 1973, el destino nos llevó a San Pedro de Alcántara donde, en julio de 2011, abrimos una librería, Espacio Lector Nobel San Pedro. Ahora comenzamos con este blog que, esperamos, sea punto de encuentro de muchos amigos aficionados a la lectura.

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